El diario The New York Times reveló mediante una
investigación, que agencias federales mexicanas han gastado 80 millones de
dólares para espiar a periodistas y activistas, mediante un software usado para
terroristas, de una empresa de origen israelí.
Destacados defensores de derechos humanos,
periodistas y activistas anticorrupción de México han sido afectados por un
avanzado programa de espionaje adquirido por el Gobierno mexicano que, en
teoría, solo debe ser utilizado para investigar a criminales y terroristas.
Entre los blancos del programa se encuentran
abogados que investigan la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, un
economista que ayudó a redactar un proyecto de ley anticorrupción, dos de los
periodistas más influyentes de México y una estadounidense que representa a
víctimas de abusos sexuales cometidos por la policía.
Los intentos de espionaje incluso han alcanzado a
los familiares de los activistas y periodistas, incluido un adolescente.
El software conocido como Pegasus se infiltra en
los teléfonos inteligentes y otros aparatos para monitorear cualquier detalle
de la vida diaria de una persona por medio de su celular: llamadas, mensajes de
texto, correos electrónicos, contactos y calendarios.
Incluso puede utilizar el micrófono y la cámara de
los teléfonos para realizar vigilancia; el teléfono de la persona vigilada se
convierte en un micrófono oculto.
La empresa que fabrica el software, NSO Group,
afirma que vende la herramienta de forma exclusiva a los gobiernos con la
condición de que solo sea utilizada para combatir a terroristas o grupos
criminales y carteles de drogas como los que han violentado a los mexicanos
desde hace mucho tiempo.
Con información de: Regeneración
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